El
ozono es una forma de oxígeno con tres átomos en vez de los dos
habituales. La capa de ozono se distribuye entre los 15 km y 50 km sobre
la superficie de la Tierra, como un manto azulado; su mayor
concentración se encuentra a los 40 km de altura.
El
ozono forma un frágil escudo, curiosamente insustancial pero
notablemente eficaz. Está distribuido de manera muy fina en la
estratósfera; tiene un espesor de 35 km de profundidad.
2. El deterioro de la capa de ozono
El cloro liberado de las moléculas de ciertos compuestos estables que es atacado por la intensa radiación ultravioleta, puede despojar a la molécula de ozono de un átomo, dando lugar al ClO (monóxido de cloro) y al oxígeno normal. Cada molécula de CFC destruye miles y miles de moléculas de ozono, alterando fuertemente el equilibrio natural.
3. Influencia del deterioro de la capa de ozono
3.1 Riesgos para la salud humana
- Cáncer de la Piel (Carcinoma basocelular, carcinoma de células escamosas, melanoma maligno)
- Afecciones oculares (Cataratas, presbicia, ceguera)
- Debilitamiento del sistema inmunitario, ineficacia de vacunas
- Proliferación de enfermedades infecciosas y parasitarias
3.2 Daños a las plantas
La radiación UV-B puede causar modificaciones en la composición química de varias especies de plantas y como consecuencia producir una reducción de las cosechas, además de daños irremediables a los bosques.
La radiación UV-B puede causar modificaciones en la composición química de varias especies de plantas y como consecuencia producir una reducción de las cosechas, además de daños irremediables a los bosques.
3.3 Daños al ecosistema marino
Este tipo de radiaciones pueden también afectar a la vida marina, causando daño a los organismos acuáticos que habitan hasta una profundidad de 20 metros en aguas claras. Como todos estos organismos son la base de la cadena alimenticia marina, una disminución en su número puede ocasionar la disminución de las especies de la cadena alimenticia superior.
3.4 Daños a los materiales
Los materiales utilizados en los edificios, pinturas, embalajes y numerosas otras sustancias
3.5 Efecto Invernadero
3.5.1 Contribución directa de los CFC
Muchos CFC son gases de tipo invernadero. El consumo de energía de los sistemas de refrigeración produce este tipo de gases que contribuyen indirectamente con el efecto invernadero. Esta contribución indirecta representa el 80% de la contribución total.
4. Medidas para evitar los daños producidos por la entrada de rayos ultravioleta a la superficie de la Tierra
- Debemos protegernos del Sol con bloqueadores solares y anteojos especiales con protección UV.
- Debemos consumir productos libres de CFC tanto para uso personal o doméstico como industrial. Debemos preferir aerosoles libres de CFC, refrigeradoras que empleen refrigerante ecológico, muebles con espumas expandidas con elementos libres de cloro, etc.
- Los técnicos y las empresas de servicios de refrigeración y aire acondicionado deben contar con conocimientos y equipos adecuados para evitar la emisión de refrigerantes en nuestra atmósfera.
Debemos tomar conciencia acerca de este problema y pensar en el futuro de las nuevas generaciones. De esta manera podremos heredarles un planeta habitable en el que puedan disfrutar de la naturaleza así como nosotros lo hicimos en su momento.
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